IRONNA Y OCAÑA


Yo tenía ocho o nueve años cuando mi madre nos llevó a la expo de la Capella de la Misericòrdia.

Recuerdo estar impactadísima por tanto colorido... ¡Esos ángeles! Yo quería ser artista y ese lugar me entusiasmó. A mí me gustaba uno, pequeñito, medio escondido... Tan tímido como yo.

Nos dieron unos papelitos con unos números. Estaba tan en mi mundo, flipando con las formas y colores, observándolo todo desde mi pequeño universo, que no me di cuenta de que se estaba sorteando una de las piezas. De repente, mi madre me levantó la mano que agarraba el papelito... ¡¡¡Me había tocado a mí!!! No os podéis imaginar mi sorpresa. ¿Cuál era, cuál era? Pues me tocó... ¡el tímido angelito de la esquina! ¡Qué alegría! Le pusimos Carmelo.



No tengo recuerdos nítidos de Ocaña ese día... Se me confunden las noticias de su muerte poco tiempo después, las imágenes del film de Ventura Pons (que vi años más tarde) y el sueño vivido en esa capilla, donde por cierto expuse el año pasado en una colectiva.

En definitiva, esa pieza me acompaña desde entonces.

¡Un saludo!

Ironna




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