Una víspera de Corpus Christi (¿en junio de 1982?), José Pérez Ocaña, que pasaba unos días en Cantillana, su pueblo natal, levantó este altar en la fachada de la casa del "Niño Emilio", en la calle Martín Rey (por entonces, todavía José Antonio Primo de Rivera), esquina con Castelar, por donde todavía hoy pasa la procesión del Santísimo Sacramento (la que se ve en el vídeo) y todas las demás.
Dicen que, pese a la ayuda de algunas vecinas, a Ocaña le llevó toda la noche montar el altar y que iba mandando a la gente del pueblo a por hortensias y girasoles para poder crear esa explosión de colores que rodea las tres figuras: dos ángeles del artista local Miguel Ferrera que forman parte de la decoración popular de las fiestas de la Asunción y que Ocaña pidió para acompañar la figura central (esa sí, claramente ocañí), que es la recreación en papel maché de la imagen del Dulce Nombre de Jesús, más conocido como el "Niño de la Bola", venerado en la ermita de la Misericordia y sacado a pasear por las calles de Cantillana en la susodicha procesión.
La figura principal se ha perdido o se destruyó, como tantas otras, y sólo nos queda este vídeo de Manuel Pablo Ríos y las fotos de José Manuel González Blanco que lo documentan.
El vídeo que subimos es un montaje hecho a partir de los diferentes fragmentos, porque no hemos localizado la filmación entera; por eso, hacia la mitad, cambia el formato de pantalla y se pierde momentáneamente el sonido.
Agradecemos la ayuda de Ricardo Pueyo, que nos ha facilitado mucha información al respecto, y la de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Cantillana, que ha permitido crear una vía de colaboración recíproca entre el Archivo ocañí y el CIOC, el Centro de Interpretación Ocaña.
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