OCAÑA Y EL "NOVÍSIMO" (PRECOGNICIÓN)




En el último Actores in Causis Sanctorum (AICS), celebrado en Barcelona el pasado 21 de mayo de 2010, Pep Torruella dio fe de una maravillosa precognición espontánea de Ocaña:

Hay un óleo que Ocaña pintó, durante su hepatitis, en colores amarillos (al igual que su colección de Manolas), supongo que influenciado por su ictericia. Es de 55 x 46, creo, y lo tiene mi hermana, a quien se lo regalé. A su vez, este cuadro, me lo había regalado Ocaña a mí después de haberle cuidado durante los seis meses de su enfermedad.
Se trata de una vista, desde su cama, del balcón que daba al patio interior, muy amplio. Por encima de las casas de enfrente, se elevaba el edificio "Novíssim" del Ayuntamiento en la plaza de Sant Miquel.
Ocaña sólo pintó una pequeña punta. Al indicarle yo que no se ceñía a la realidad, me dijo que no lo pintaba, sólo la terraza, porque era muy feo.

(Colección: Carme y Joan, Caldes de Montbui)

La anécdota es que, ahora hace más o menos diez años, el ayuntamiento mandó derribar 4 ó 5 plantas de aquel edificio, con que lo que pintó Ocaña se ajustaba a la actual realidad.

 

Este testimonio quedó inmediatamente registrado en el Archivo ocañí, donde ya figuraba la premonición de El velatorio, otra prueba del conocimiento directo del futuro que tenía la Beata. Curiosamente, en los dos cuadros, Ocaña pintó la misma ventana...



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